Casas de cartón

Esta serie vino a contestar unas preguntas que me rondaban desde la primera vez que cogí un pincel. ¿Es posible pintar la parte mas oscura de uno sin salpicar dolor o temor a los demás?¿Realmente es bueno o necesario hacerlo?¿se puede hacer sin glorificarla y engancharse a ella?¿Se puede ser honesto verdaderamente sin hacerlo? Hoy gracias a ella lo tengo claro, todas las respuestas son si, menos la ultima.

 

Este enigma empezó a resolverse cuando conocí el dibujo automático a través de una amiga. Encontré que, dando color a esos dibujos traía a la superficie actitudes o momentos a los que normalmente no tenia acceso y al pintarlos, jugar con ellos conscientemente, podía variar la influencia que ejercían sobre mi.