La experiencia de pintar un pañuelo en directo el año pasado en la Euskal Etxea de Madrid fue realmente transformadora. Fue idea de Natxo Arteta, el me invito a participar en "Los Sábados Dulces"
que organizaba una vez al mes en la cafetería de socios.
Consistía en degustar un te o cafe junto con sus deliciosas tartas mientras se escuchaba música y se disfrutaba de la contemplación de una instalación o acción de un artista invitado. La
propuesta de salir del estudio, concentrarme a la vez que compartía lo que yo estaba haciendo, con un tiempo limitado fue un gran reto. Me preparé estudiando previamente la paleta y los
pasos a seguir junto con un pequeño truco, mi música para pintar. Lleve música sufí y minimalista que había comprobado previamente que favorecía la concentración. Fue de gran ayuda
que la "Casa Vasca" era, prácticamente mi segunda casa y la cantidad de amigos interesados en ver el proceso que estuvieron por allí. Al principio tuvo cierta dificultad y extrañeza,
pero pronto, comprobé que era posible salir de la tela, hablar y volver al mismo punto y lo repetí una y otra vez hasta que el disfrute y la creatividad me llevaron a abstraerme y disfrutar
como sino hubiera nadie allí. El punto de vista de otras personas, sus preguntas y observaciones llevaron a reforzar mi intención de hacer de los pañuelos mas ligeros, trabajados como una gran
acuarela la linea principal de mi trabajo.
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Ana (martes, 24 junio 2014)
Felicidades Cristina, sabes que admiró tu obra que es de una delicadeza y belleza absoluta .
Un abrazo amiga
Cristina Ruiz Baña (viernes, 27 junio 2014 11:37)
Muchas gracias Ana. Un abrazo.